Con el permiso de © K. Eggenstein: 'El Profeta Lorber anuncia las catástrofes venideras y la autentica cristiandad

Kurt Eggenstein

SEGUNDA PARTE

La Nueva Revelación ilustra y completa el Evangelio


   La Nueva Revelación no se limita a anunciar futuras catástrofes, sino como principal objetivo transmite el mensaje de salvación. En su tiempo Jesús pudo comunicar muy poco a su pueblo sobre los secretos de la creación. A sus apóstoles les dio instrucciones más profundas, pero aquellos apenas lo comprendieron. Mucho de lo que oyeron fueron incapaces de entenderlo. Además Jesús les obligó con la disciplina arcana, lo que significa que los apóstoles podían transmitir sus conocimientos únicamente a sus sucesores directos bajo el sello de la discreción. Durante los primeros siglos de la Era Cristiana, la clase dirigente de la Iglesia conocía estos hechos. Esto es lo que se deduce de escritos de aquellos tiempos. Origenes (año 250 d.C.), el gran apologeta, escribe: "Existe una enseñanza secreta de altas "disciplinas arcanas", la cual solamente es accesible a sacerdotes y maestros" (Hom V, I núm. pág. 39). Nosotros deducimos de la Nueva Revelación que Jesús enseñó a sus discípulos a mantener secretas ciertas enseñanzas. Así leemos: "No es necesario comunicar a los hombres todo lo extraordinario, sino sólo a aquellos que os seguirán en vuestra misión". (Gr VIII 77, 17). "Os digo a vosotros que aún no debéis comunicar todo a los pueblos" (Gr V 117, 7). "Me preguntaron Juan y Mateo, si deberían apuntarlo todo, a lo cual Yo les respondí: podéis hacerlo para vosotros, pero no para el pueblo, a éste le faltan todavía 2.000 años, para poder comprenderlo." (Gr II 218, 14). "Más adelante llamaré a unos servidores y a ellos les dictaré por medio del Espíritu Santo, para que lo comprendan en sus corazones tanto lo que os enseño hoy, viviendo entre vosotros y habiéndoos llamado a ser mis discípulos, como también aquello que habrá de ocurrir más tarde." (Gr VIII 79, 3:4).
    "Cuando llegue el tiempo, se escribirá mucho" (Gr VIII 79, 9). "En aquellos tiempos a los hombres será revelada mi doctrina, pero no medio oculta como ahora, sino con todo su sentido divino y espiritual, y surgirá la Nueva Jerusalén que bajará de los cielos a esta tierra. Dentro de su luz los hombres comprenderán que han sido engañados por falsos profetas, al igual como los judíos han sido engañados por los fariseos." (Gr IV 90, 2).
    A la pregunta de sus discípulos, porque no les daba su doctrina de modo abierto, Jesús les contestó: "Tengo aún mucho que deciros y de descubriros, pero no lo podríais soportar". (Gr IV 90, 6). Además les indicó que la doctrina sería dada del modo como se instruye a los niños y que ahora no podrían concebir hasta donde llegarían los hombres con sus conocimientos, sus ciencias y sus artes (técnicas)". (Gr IX 90, 8).
    El Señor admitió que el contenido del Evangelio no les era del todo desvelado, lo que llevó a falsas interpretaciones. Al preguntarle el evangelista Juan al respecto, Jesús le respondió: "Es mejor que el Evangelio sea dado a los hombres de forma un tanto velada, así el mundo sólo podrá pelearse acerca de esta pequeña ignorancia, pero el núcleo vital de mi enseñanza quedará intacto". "Cuando será necesario ya llamaré a los hombres y les comunicaré lo que va a ocurrir y lo que el mundo debe esperar como fruto de su maldad." (Gr I 216, 13?14).
    Cristo anunció la venida del Paráclito (Espíritu Santo), antes de su ascensión a los cielos. En la Nueva Revelación Jesús explica para el hombre de hoy: "Lo que Yo prometí a mis discípulos como "consolador" ya se puede encontrar en las palabras escritas por mi discípulo preferido Juan. Pero mis discípulos no lo comprendieron; vosotros que estáis preparados e instruidos podéis entender mi enseñanza como Yo deseo que sea comprendida y vivida y en las palabras escritas podéis encontrar el consolador, que os hará fuertes y os iluminará, al igual que hizo fuertes a mis discípulos para que pudieran llevar a cabo su misión con la fuerza necesaria del alma". (Pr 157). A Nicodemo, Jesús le anunció que en el tiempo posterior a su vida en la tierra, llegaría el consolador en forma de una "verdadera y gran doctrina de vida y de luz" (Gr VII 54, 5-6), lo que ocurrirá cuando "entre los hombres de la tierra haya poca luz" (Gr VII 54, 5-6). "El hombre ha de aprender a pensar, buscar y encontrar." "Para el hombre mundano, la Divina doctrina le ha de parecer mundana para que ésta sea de su agrado." "Aún pasará tiempo antes de poderles revelar toda la verdad a los hombres de la tierra." (Gr VI 204, 2-4). A sus discípulos Jesús les anunció que el Evangelio sufriría alteraciones y falsas interpretaciones con el correr del tiempo. "Que mi doctrina no se mantendrá pura como vosotros la recibís de mi boca, esto ya os lo prevengo ahora." (Gr V 125, 6). "Pero el espíritu interno se mantendrá." (Gr V 120, 6).
   "Especialmente los líderes de las comunidades", se puede leer en otro párrafo de la Nueva Revelación, donde Jesús habla directamente a los hombres de nuestro tiempo, "empezarán a alterar Mi Doctrina, ya que no les atrae demasiado como verdad que les llegó de los cielos. Así que la mezclarán con viejas y superadas absurdidades". (Gr X 25, 4). "Ellos cavarán una fosa para esconder Mi Luz Eterna venida del cielo a los ojos de los hombres y para mantenerles en la oscuridad para su propio provecho." "Es fácilmente comprensible que esto (la instauración del Evangelio puro, el autor), no puede ocurrir en un momento dado, así como la noche tampoco sigue de repente al día, sino que todo el mundo debe tomar su tiempo." (Gr X 25, 8 y 10).
    "Por esto en un tiempo futuro, muy próximo al Gran Juicio se convocarán profetas que tendrán la difícil y precisa tarea de limpiar de impurezas Mi Doctrina." (Gr VI 176, 10). "Los trabajadores de mi viñedo no se manifestarán a través de grandes milagros, sino que actuarán a través de la palabra pura y de la escritura, sin recibir revelación extraordinaria alguna, sino solamente a través de la palabra interior que vive dentro de su pensamiento y dentro de su corazón." (Gr VI 176, 10).
    "Cuando hayan pasado una y otra vez casi mil años desde ahora (el tiempo de vida terrenal de Jesús, el autor), y cuando Mi Doctrina esté casi totalmente enterrada por la sucia materia, entonces llamaré a hombres que escribirán fielmente lo que ha ocurrido aquí (entre los discípulos, el autor) y se dará al mundo un gran libro (La Nueva Revelación, consta de 25 tomos, el autor) que abrirá los ojos de los hombres." (Gr IV 112, 4). "Pero Mi Doctrina siempre sufrirá ataques de parte del mundo que no morirá (que subsistirá, nota del autor). Yo lo sé desde la eternidad." (Gr II 172, 8).
    En este contexto, el Señor luego se refiere a la parábola del sembrador, diciendo: "Todos los que sufren sed serán saciados con el agua de la vida" (recibirán las comunicaciones, nota del autor). "Y para que podáis abrir los siete sellos de mis libros y encontrar el camino hacia Mi, os mando estas comunicaciones" (Pr 229). "Solamente para Mis verdaderos hijos daré mi doctrina" (Hi I, pág. 390). "Pero dejad a los hijos del mundo y no los llaméis." (Gr VI 151, 3.11).
    "Porque la comprensión de los hombres es tan retorcida que no ven el gran milagro de poder recibir la Palabra Viva a través de un servidor llamado por Mi y les parece un hecho fútil." (Hi II, pág. 106). "La mayoría de los peregrinos prefieren quedarse en el valle de la vida animal antes de tomarse la molestia de subir al monte para tener una visión del verdadero hombre." (Hi II, pág. 361).


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© Texto: Kurt Eggenstein; © Edición informática; © by Gerd Gutemann G. Gutemann